El miércoles, 12 de septiembre de 2018, Verónica Pascual dejaba la presidencia de la Comisión de Industria 4.0 de AMETIC. Con un discreto y humilde tuit, la propietaria y CEO de Asti, una de las empresas más innovadoras de España, daba por concluida una de las etapas más brillantes de la reciente historia de la Asociación, al menos desde mi punto de vista.
El 12 de septiembre yo fui uno de los asociados que participó en la reunión de la Comisión. Ese día se procedía a ratificar o renovar las presidencias y vicepresidencias. Verónica Pascual decidió no presentarse a la reelección y apadrinó, como también lo hice yo mismo, la candidatura de María González de Accenture.
Pero Verónica se ha ido porque AMETIC ha dejado que se marche. Espero que puedan leer más allá del sentido literal. Su marcha me produce tristeza y decepción. Se va una gran ejecutiva, una mujer cuyo liderazgo empresarial y tecnológico ha sido reconocido ampliamente, a nivel nacional e internacional. Su última aparición fue un elogio en The Economist. Es mujer y referente del sector. Es una profesional como la copa de un pino y una gran persona.
No divago, mis afirmaciones se sustentan en los logros de Verónica. Si volvemos la vista atrás recordaremos que a finales de 2016 algunas de las grandes empresas tecnológicas abandonaron AMETIC. Discrepancias en la mecánica de votaciones motivaron que las grandes operadoras de telecomunicaciones decidieran pegarse un tiro en el pie y dividir su asociación.
En este contexto de escisión tuvo que lidiar Verónica Pascual su presidencia de la Comisión de Industria 4.0 y su posterior cargo como vicepresidenta de Desarrollo de Talento (en febrero de 2017). Y es precisamente en situaciones adversas cuando el liderazgo se pone a prueba y se fortalece. En estos dos años ella ha conseguido que AMETIC vuelva a la industria. Ha logrado que la Asociación ponga foco en las verdaderas necesidades tecnológicas del sector en su conjunto, y no en los intereses de unos pocos. Mientras las operadoras siguen vagando sin rumbo ni espacio, Verónica ha sido capaz de atraer a numerosas empresas, entre ellas la multinacional ABB, de hecho su Country Manager, Juan Bachiller, es el nuevo vicepresidente de la Comisión. Junto a María González (actual presidenta), Verónica creó distintos grupos de trabajo y trasladó la responsabilidad y el protagonismo a las empresas asociadas.
Ha representado a AMETIC en cientos de jornadas, congresos, actos institucionales y foros de reflexión. Especial atención merece su dedicación a las relaciones internacionales y el benchmarking. Su estrategia se sustentó en aprender de los mejores y avanzar rápido. Se queda corta cuando dice en su tuit: “Un orgullo trabajar sin descanso”.
Verónica podría haberse quedado pero ha preferido apartarse, y AMETIC no ha hecho nada por evitarlo.
Te esperaremos aunque sea en otra orilla
Muchas veces he querido escribir sobre Verónica pero no encontraba argumentos que aportaran algo nuevo a lo mucho que ya hay publicado. Ahora ha llegado el momento y lo hago mientras escucho “Te dejé marchar” de Luz Casal.
Fue en la primavera de 2016 cuando la conocí. Todo comenzó a raíz de una llamada telefónica de otra gran amiga y colaboradora, Soraya Paniagua, tras el primer Global Robot Expo que se celebró en Madrid en enero de ese año. Recuerdo perfectamente la conversación: “Pablo, he conocido una empresa burgalesa que se llama Asti. Son una pasada. Hacen AGVs, son líderes en Europa y aquí en España pasan desapercibidos. Su CEO, Verónica Pascual, es impresionante. Tienes que ver alguna charla suya en YouTube, tienes que contactar con ella”.
A los pocos días me fui a la sede de Asti en Madrigalejo del Monte (Burgos) y conocí Rubén Martínez, actualmente director de Desarrollo Corporativo. Por aquel entonces yo era el presidente de la Comisión Industria 4.0 de AMECTIC y una de mis actividades era localizar y conocer empresas. Me impresionó Rubén y la cultura de Asti. Posteriormente coincidí con Verónica en una jornada organizada por la Lean Community. Seis meses después Asti ya era miembro de AMETIC y en septiembre ella era la presidenta. Desde el primer momento tuve claro que haría un trabajo excepcional, y así ha sido.
El sector TIC español sigue dividido y lo peor es que carece de líderes que colaboren en la construcción de un ecosistema competitivo en Europa y en el mundo. Seamos sinceros, tenemos muy pocas empresas con protagonismo internacional, menos aún en segmentos de actividad. Asti sí es relevante, su CEO sí es relevante.
Verónica, te hemos dejado marchar pero te esperaremos… aunque sea en otra orilla.