Con este artículo, quiero agradecer a Begoña Cristeto, ex Secretaria General de Industria, el gran trabajo realizado en defensa y promoción de la Industria 4.0 en España. Pero también quiero dar la enhorabuena a Fernando Valdés Verelst, por su nombramiento como Subsecretario de Industria, Comercio y Turismo, un motivo de ilusión y esperanza. Ahora, el deseo de todos es que tanto el ministerio de Reyes Maroto, como los primeros niveles del Gobierno, pongan a la Industria como prioridad para el desarrollo económico y social de España.
Mi primer encuentro con Begoña Cristeto (que recordamos cariñosamente como mi primer encuentro con “Begoña 4.0”), se produjo en la primavera del 2015 cuando comenzaba mi labor de coordinador del informe “El impacto de las tecnologías IoT dentro de la Industria Conectada 4.0” del Ministerio de Economía, y que se desarrolló en paralelo a “La hoja de ruta de la economía española hacia la Industria 4.0” que estaba preparando el Ministerio de Industria, nada de extrañar por la importancia del tema.
Meses después, tras mi nombramiento como presidente de la recién creada Comisión de Industria 4.0 de AMETIC, en representación de Cellnex Telecom, y junto a Luis Ignacio de Vicente como vicepresidente (en representación de Telefónica), tuve la oportunidad de trabajar mucho más con Begoña Cristeto. Me consta que mi sucesora en el cargo, Verónica Pascual, CEO de ASTI, también ha podido colaborar en sintonía y armonía con ella en la Secretaría General de Industria (SGI).
Doy fe del empeño y dedicación que ha puesto Cristeto por acercar la Industria 4.0 a las empresas españolas. Lo afirmo porque lo he vivido. La Industria 4.0 son muchas industrias, al igual que son muchas las tecnologías implicadas, los nuevos modelos de negocio, hábitos y servicios que genera. Impacta de lleno en la cultura empresarial, los modelos organizativos y las prácticas de desarrollo de talento.
En este mar de ámbitos tecnológicos, económicos y sociales ha capitaneado Begoña Cristeto el buque de la SGI, y lo ha hecho con muy pocos compañeros de viaje. Muchas veces necesitó la implicación de otros miembros del Gobierno, pero digamos que no encontró la misma sensibilidad por el cambio industrial.
Begoña Cristeto ha conocido de primera mano las necesidades de la Industria. Ha visitado sus fábricas y colaborado con sus representantes sectoriales. También ha luchado porque ninguna Comunidad Autónoma, independientemente de su color político, perdiera el tren de la industria 4.0. Ha sido un alto cargo accesible y muy sensible a la innovación y el emprendimiento. Se ha implicado con emprendedores del ámbito tecnológico español introduciéndolos en el entramado industria y ha impulsado la colaboración público-privada. Igualmente, siempre ha encajado con aplomo las críticas o las reclamaciones del ecosistema 4.0.
En Alemania se habla de Industria 4.0 desde finales de 2011, y siempre ha contado con la máxima implicación del la canciller Merkel. En España se presentó el primer informe del grupo de trabajo en Industria 4.0 en noviembre del 2015, pero nunca contó con el liderazgo del ex presidente Mariano Rajoy, ni de sus ministros.
¿Qué ha hecho la Secretaría de Estado de Agenda Digital por potenciar las tecnologías emergentes requeridas por la Industria 4.0? Desde mi punto de vista poco o muy poco, parece que toda su preocupación ha estado en desarrollar el 5G en España y la llamada Constitución Digital. Ninguna de estas dos cosas va a ayudar a nuestra industria, ni a corto ni a largo plazo. No cuela intentar convencer a las grandes bodegas españolas de que el 5G será su solución ante la falta de conectividad de alta capacidad (fibra).
Con todas estas dificultades, su trabajo en la SGI ha sido encomiable y los avances que hemos experimentado, en implantación de la Industria 4.0 en España, son gracias a ella y a su equipo.
A Begoña Cristeto le debemos el activismo administrativo de la transformación digital. Lo queramos o no, los políticos juegan un papel fundamental en la modernización de la industria. Ella ha ejercido esta labor con empeño, dedicación y criterio.
Muchas gracias Begoña. Te deseo lo mejor. Allá donde vayas harás un gran trabajo.