Seguramente el verbo “digitalizar” habrá sido uno de los más utilizados desde el inicio de la pandemia. Podemos decir que se ha conseguido un amplio consenso sobre la importancia de la digitalización de la empresa española para la solución de cualquier problema. Aunque creo que nos hemos pasado, como en tantas otras cosas. La clave en cualquier caso es lograr que, al igual que nos hemos acostumbrado a pasar muchas de nuestras relaciones personales por el tamiz de la tecnología digital, usando sistemas de mensajería como Whatsapp, buscadores, redes sociales o correo electrónico, hagamos lo mismo en el mundo de la empresa. Sí, como en nuestra vida privada, las empresas también pueden y deben aprovecharse de las nuevas tecnologías para colaborar.
Yo vivo la digitalización desde 1993. El verbo DIGITALIZAR entró en mi vida de forma disruptiva, como en la mayoría de las de quienes nos incorporamos al mercado laboral por entonces. Veníamos de unos años de crecimiento y grandes alegrías con motivo de las Olimpiadas de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. Pero este tipo situaciones de euforia muchas veces ocultan procesos profundos de transformación económica en los países. Y el sector de las artes gráficas del que formaba parte la empresa de mi padre se vio inmerso en un proceso acelerado de cambio. En mi caso, ¡cuántas horas en mis comienzos en la banca he dedicado a buscar documentos firmados físicamente en los llamados “sobres del día de caja”!
Cuando entra en nuestros sectores industriales, la digitalización al principio puede ser lenta, pero no cesa en su empeño de transformarlo todo, hasta que lo consigue. Y el resultado es una actividad totalmente distinta.
Desde cuándo hablamos de digitalización en España. No tenía el dato exacto, pero sí conocía a la persona adecuada para ayudarme en esto: Mario Tascón. Os adjunto un gráfico muy interesante y la fuente que me ha facilitado.
Los alumnos que han pasado por nuestros Máster en Industria 4.0, también conocidos como los “héroes de la Industria 4.0 en España”, conocen uno de los gráficos que mejor representa una de mis ideas en industria 4.0, el de las tres palancas para el desarrollo de un ecosistema. Este gráfico aparece muy pronto en el programa. A los alumnos siempre les pregunto cuál de las tres palancas es la más importante para desarrollar la hoja de ruta en Industria 4.0 de una empresa. Antes les aclaro que la respuesta adecuada serían las tres palancas, pero les pido que destaquemos una de ellas sobre las otras. La respuesta no es única, cada uno tenemos la nuestra. La mía claramente es la “Colaboración”. Porque es como el comodín del público, o el último recurso que todos tenemos. Sirve para superar todas nuestras limitaciones.
Pero la colaboración en mayúsculas es la colaboración digitalizada. A qué me refiero: ¿hemos llevado la digitalización de la colaboración al máximo de sus posibilidades? La respuesta es claramente, NO.
Siendo dos de las pasiones de mi vida la vertebración y desarrollo de ecosistemas tecnológicos e industriales en España, por un lado, y el fomento de la colaboración entre los miembros del ecosistema aprovechando al máximo el TALENTO disponible, por otro, cuando diseñamos ATLAS TECNOLÓGICO pensé que uno de los objetivos fundamentales era digitalizar los mecanismos a través de los cuales resolvemos las consultas que nos dirigen las empresas. Os recuerdo que en Atlas hemos clasificado el tipo de consultas más habituales entre Proyectos Rumbo, Sherpa, Señor Lobo y Alfa.
Interesa poner el foco en algo diferencial de ATLAS respecto a cualquier otra metodología de innovación. Parece sencilla, pero como todas las cosas sencillas, es realmente compleja. En ATLAS tenemos más de 250 colaboradores expertos en transformación digital. Cada uno de ellos pertenece a un sector de actividad. Muy pronto publicaremos sus perfiles de una forma amplia.
Qué es lo realmente novedoso y dónde estamos luchando por alcanzar nuestro reto de digitalizar la colaboración: cada una de las consultas que nos llega, da igual el tipo de proyecto del que hablamos, tal y como refleja la infografía de ATLAS CORE, la asignamos a un colaborador experto, según se deriva de forma inteligente de la petición de nuestro usuario. A partir de ahí, cruzamos las necesidades del proyecto con las capacidades de nuestros colaboradores y automáticamente (esto forma parte del reto) la plataforma nos propone tres de los más de 250 expertos a los que debemos dirigir la consulta. En paralelo, entran en juego algunos otros criterios, como la compatibilidad del colaborador con la empresa que nos dirige el proyecto o, por ejemplo, que el colaborador haya sido seleccionado como favorito por la empresa que nos consulta.
A continuación, se desarrollan una serie de procesos digitalizados y automatizados que convierten a ATLAS TECNOLÓGICO en una plataforma poderosa para la gestión de la transformación digital de nuestras empresas basándose en la potencia de la colaboración, pero esta vez, digitalizada. Desde mi punto de vista, un gran avance y una aportación significativa al ecosistema de Industria 4.0 en España, porque pone el mejor talento a disposición de la resolución de grandes proyectos. Si somos capaces de generar el hábito en nuestras empresas de incorporar este tipo de metodologías, la velocidad a la que se ejecutarán los proyectos y el ahorro en costes de consultoría serán muy significativos. Ya tenemos casos claros de satisfacción de todas las partes que pronto compartiremos.
Te invito a vivir tu propia experiencia y a disfrutar de las fortalezas de nuestros colaboradores a través de nuestra metodología ATLAS CORE. Al alcance de un clic.